lunes, 14 de noviembre de 2011

Martin Parr por Martin Parr, un diálogo con Quentin Bajac




¿Ángel o demonio? Difícilmente dejará a ninguno indiferente.

Con gran capacidad para representar la pequeña "comedia humana", Martin Parr critica con humo, colores vibrantes y saturados nuestro mundo contemporáneo. Es uno de los fotógrafos más destacados de la actualidad, miembro de la agencia Magnum desde 1994, ganador de numerosos premios como Erich Salomon (2006) o Baumer Mercier (2008), sus trabajos sobre el estilo de vida de la clase media en Europa y Estados Unidos ha marcado la forma de mirar al mundo y fotografiar de muchos. Su método de trabajo preferido ha sido hacer un uso renovado de la sátira y el rasgo caricaturesco.

Podríamos decir que las "verdades" por las que siente predilección el autor son "verdades vulgares" pero verdades al fin y al cabo. Parr es también un fotógrafo locuaz, con clara tendencia a narrarse a sí mismo también en palabras, como muestra el artículo del título. En el libro "Martin Parr por Martin Parr" podemos encontrar otras referencias a su mundo y a su mirada:

"Lo kitsch no es algo que busque deliberadamente ni que reconozca. No forma parte de mi vicabulario. Es muy fácil hoy en día ser fotógrafo de cosas kitsch, así que me da la impresión de que ésa es una opinión bastante perezosa. [...] Las zonas de playa me gustan no porque sean kitsch, sino porque están llenas de energía, son brillantes y coloridas".

"Si le das al mundo historias tristes y deprimentes, nadie va a escucharte, o esa es la sensación que me da. Por eso, intento que mis fotos sean brillantes y coloridas y, con un poco de suerte, aceptablemente buenas. Porque quiero incluir a mi público en todo elllo, No quiero cabrearlo, quiero atraerlo. Y, una vez interesado, podrá leer más cosas en las fotos. Lo que no espero es que mis fotos cambien nada. Eso es mu y ingenuo. La gente solía hablar antes en esos términos, pero ya no".

"He hecho mi trabajo sin pensar a qué mercado correspondía cada obra, si al periodístico o al artístico; tratando de desarrollar siempre mis ideas fotográficas. Yo no me vendo, son mis imágenes las que se venden. [...] En una carrera profesional también hay que bregar con distribuidores, circuitos, etc. Tú y yo seguramente tendríamos bastante claro quiénes podrían lograr el reconocimiento del mundo artístico, siempre que trabajara con ellos el marchante adecuado".

Y en una entrevista reciente:

"Me gustan lugares como Benidorm. No de una forma condescendiente. Me gusta realmente el brillo y el glamour que conlleva la orilla del mar".

Efectivamente eso es lo que podemos observar en algunos de sus trabajos, la democratización de un ocio de bronceado, sombrilla, tortilla y táper.

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